LECCIÓN APRENDIDA.

Os contaré una cosa... no todo lo que vamos a vivir es bueno, pero sí todo lo que vivimos te enseña algo, claro esta, si quieres aprender.

Esta no es una historia con final feliz, ni siquiera es una historia que merezca ser contada, pero lo que aprendí de ella si merece que lo leais.Trata sobre como cambian las cosas con el tiempo, y, en resumen, como el lobo acaba con Caperucita sin que venga un leñador para salvarla.

A muchos nos ha pasado eso de confiar ciegamente en una persona, en mi caso vivía con la madrastra (que en realidad era madre) de Cenicienta... asique aprendí a esconder los suspensos, a no presentarle amigos, a hacerme independiente de su comprensión y cariño con tan sólo cinco años, asique, lo de confiar es una cosa que (digamoslo así) me cuesta un poco más. Direís... vale, ¿y? CONFIAR, esa palabra que lo resume todo, cerrar los ojos y dejarte caer hacia atrás, colgarte de una cuerda... o simplemente ponerte a 250 con el coche porque todo va a salir bien.
Este año perdí a una de las pocas personas en las que confiaba... las razones ya están de más,una persona a la que consideraba merecedora de cualquier esfuerzo por hacerla reir, una de esas personas con las que conectas sin saber muy bien la razón, un freaki a tu altura y a tus bromas y locuras, de esas personas cuyo nombre aparece justo despúes de un mal día, y, de un día para otro sólo os diré que el silenció lo cubrió todo.
Lo realmente triste es la sensación que se te queda de vacio al principio, te prenguntas el porqué, si has hecho algo malo tú, pasas por el enfado, el "me he vuelto invisible y no lo sé", por intentar averiguarlo, despues no querer saberlo, por hacer como si nada pasase, por pensar en ponerte un neón para que te vean y te oigan... por los "te echo de menos" (porque yo si te echaba de menos...), por no entender nada o no querer entenderlo. He pasado por tantos estados que ya no sabía dónde estaba ni donde debía estar. 

Y al final no sirve de nada como estés tú, desgraciadamente en este mundo sobran las cosas de usar y tirar, amores, amistades, zapatos, muebles ¿que más da? si sobra, estorba o se ha vuelto viejo se tira y ya está.
Esa es la filosofía por la que se mueve mucha gente, la cual, admito, pensé en adquirir (visto lo visto, era mejor no darle tanta importancia a nada, total, con un paseo por un centro comercial era fácilemente sustituible). No fue una buena idea, la filosofía me duró lo que dura un café expresso, por mucho que puedan doler ciertas cosas, por muy vulnerables que nos sintamos... hagamoslas de verdad, con todas las entrañas, piel, sesos y alma... porque sino, terminaremos convetidos en eso mismo, cosas de usar y tirar.

A mi amigo... quise decirle muchas cosas... cosas que doliesen, que hiciesen rabiar, cosas como que había sido un mal amigo, que a alguien a quien aprecias tan sólo un poco no se le trata así, que esperaba que se lo devolviesen... pero resultó que la mejor respuesta era el silencio. Si nunca supo ver lo que tenía tampoco entendería lo que él mismo había llegado a perder.
Asique me respondí a mi misma, habrá mucha gente que te encuentres en tu camino y no sean lo que esperes, habrá otro tanto que te hiera, una mínima parte (espero que algun día sea ninguna para todos) que quiera hacerte mal, pero tu no dependas de sus acciones, ni dudes ni cambies. El mundo hoy en día es duro, pero más duro es salir a la calle y no poder confiar, o dar sólo la mitad por si hay malos resultados.

Como dice un anuncio, "Si ganas, gana. Si pierdes, pierde. Si juegas, juega" y así con todo, claro que... con las cosas de verdad cuesta más.

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