Hablemos de.

Hablemos de miradas, de la forma que tienen de acariciar,
de gritar y susurrar.
Hablemos de nuestros silencios que dicen mucho más que nuestras palabras.
De esas miradas que se acercan a la comisura y te besan
y se vuelven primavera.
Hablemos mientras el mundo calla en tus pupilas,
mientras nuestro alrededor se desvanece y se vuelve un segundo plano desenfocado.
Mientras tú y yo nos decimos todo lo que nunca vamos a pronunciar.
No hace falta ni una palabra, las miradas nos delatan.
lo sabes tu, lo sé yo.
Lo gritan nuestros labios
y la forma que tienen nuestras manos de buscar escusas para estar cerca.
Lo saben nuestros ojos los domingos cuando se buscan.
Lo sabe esa foto, ese centímetro de menos que le ganas a la distancia.
Lo sabe hasta el aire, que tú y yo prendemos.
Lo saben tus dedos cuando rozan un par de segundos de más.
Lo saben todos y no lo sabe nadie,
porque nuestras bocas callan cada noche
y todo vuelve a empezar al día siguiente.
¿Y qué sino es la vida? Esos momentos en los que no hace falta nada más,
esa música que te atraviesa el alma.
La vida son esas miradas que lo dicen todo sin hablar
y tú y yo ya nos habíamos comido a besos sin deshojar ni una palabra.

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