Fenómenos naturales.

Hace tiempo la orientadora de mi colegio llamó a mis padres para una reunión de rutina, nos habían hecho los típicos tests psicológicos antes de pasar al instituto. Después de estar un rato esperando en el descansillo con todos los padres les tocó su turno. Nada más entrar, habiéndonos sentado ya les miró, con los resultados en las manos y les dijo, "A ver como les explico, su hija es algo parecido a un fenómeno meteorológico". Si, así sin más... fenómeno, algo fuera de lo común, de lo normal...vamos me estaba llamando anormal...y encima comparándome con algo como un tsunami o una tormenta (imaginaros esas dos palabras retumbando en la cabeza de una niña). La cosa no paró ahí, pasó a definirme (todo el rato con cara de "lo siento por vosotros padres") como una niña impredecible, "se rige por sus emociones y cuestiona las normas, no tiene filtro alguno..." en resumen, su hija es SALVAJE y pobrecita, le va a costar adaptarse.
Mis padres la escucharon atentamente durante toda su intervención, cuando hubo acabado mi padre me miró, la miró con ojos serios y sonrió "Gracias, nunca he pretendido tener una muñeca de escaparate, para probar a poner vestidos y peinados nuevos ya tenemos a sus muñecas, quiero una hija que destroce su ropa jugando y aprendiendo, una hija que sea capaz de ser tan fuerte para defender sus ideales, que pregunte, que no pare de preguntar si algo no la convence, que cuestione hasta el dos más dos, que proteste cuando algo no le parezca justo, que alce su voz por encima de la manada. Que no le tiemble la mano cuando tenga que defenderse, que "pegar como una chica" pierda su significado, no quiero una hija sumisa a la que contemplar como un peluche, quiero una luchadora. Quiero que sea manantial de agua fresca, que sueñe, que ame con todas sus fuerzas, no pretendo que sea una persona formal para no saber cuando me esté diciendo la verdad, aunque a veces le cueste aunque a veces le duela. Quiero que vea también lo malo, que lo pruebe si le hace falta para distinguir si es lo que realmente desea, quiero que vista faldas tan cortas como alguna inteligencia o pantalones anchos o una bolsa de basura, quiero que se atreva, que experimente. Y puede ser que no encaje, que la gente a veces salga despavorida a esconderse como pasa con los huracanes o las erupciones de volcanes, pero ya me encargaré de enseñarle a ella que es problema de ellos, pobres ineptos, que no son conscientes de toda la belleza  que algunos teóricos se quedan admirando, que no son capaces de ver más allá, el miedo siempre fue dueño y señor del que no tiene confianza en sus propias posibilidades.
Acto seguido, y con mi madre mirándole con centellas en los ojos, henchida de orgullo, se levantó le dio la mano a la orientadora me miró sonriendo y dijo: "Vamos hija, que vamos a ser el desastre natural más bonito que se haya visto jamás".

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