Once upon a time...

La vida da muchas vueltas, tantas que a veces no sabes si vas a caer al suelo o al techo de tu habitación. En una de esas acabé aquí, haciendo un blog (o intentándolo).
No sabría decir muy bien en qué momento concreto empezó todo...quizás sólo cuando tenía 3 añitos y la guerra de Yugoslavia empezaba, mientras el mundo que mi madre conocía se desmoronaba bajo las ruedas del avión a mi el mismo avión me llevaba a lo que se convertiría mi mundo.
Proveniente de una familia mestiza (Abuelos paternos católicos, padre ateo, familia materna ortodoxa y nacida en una región en la cual la mayoría era musulmana) nunca tuve claro a qué dios seguir, me gustaba mucho la carne de cerdo así que acabé descartando la musulmana, no veía muy creíble que de una costilla se fuese a crear a una mujer así que acabé descartando la cristiana y la ortodoxa de paso, intenté ser budista, pero tenía demasiado carácter y me distraía con cualquier mosca en la casa asi que acabé optando por la mejor...ninguna y todas a la vez.
En el instituto tenía varias opciones de carreras que estudiar, acabé estudiando Psicología por mi pasión por la filantropía, curiosidad por la raza humana y sus comportamientos y por ser, cómo no, un poco cotilla.
En cuanto a música es igual que mi ropero...un desastre completo...en mi ordenador se pueden encontrar canciones de Manolo García, Estopa, Muse,Shakira pasando por lo más variopinto del rap o de la música comercial o alternativa, al igual que paso de unos vaqueros anchos y una sudadera de una talla XXL a unos tacones de 12 centímetros o unos leggins de cuero al mejor estilo rockero, lo mio nunca ha sido aclararme.
Lo mismo me pasaba con el amor..rubios, morenos, universitarios..en cualquier caso el típico estilo de chico que jamás se fijaría en mi...me gustaban los imposibles? Quizás. Lo sabía? Si, entonces...por qué seguía os preguntareis? Pues por lo que cada mujer a cada segundo en el mundo decide conocer a un hombre...cree que debajo de esa fachada hay un Mario Casas que sólo descubrirá ella. Después de 23 años amando a hombres, varios escalabros amorosos, 3 o 4 corazones rotos y unas cuantas resacas de más descubrí que quizás mi felicidad no estaba en un príncipe azul sino en una princesa. Me volví bollera? No,no! sólo que descubrí que mi historial con las variedades y los gustos no se limitaba sólo a la música o a qué ropa me ponía hoy. Me gustaba una chica y qué? pues corazón roto otra vez y una resaca más que mi hígado me recordará cuando sea mayor...pero lo mejor de todo...descubrí que estando en un lado o en otro...te rompían el corazón de la misma forma, era cómo estar en dos universos paralelos. Y que, por muy claro que tengas lo que te gusta puede haber algún momento en el que prefieras algo diferente, bien por un empacho de bombones después de lo cual no vuelves a comerlos en años o porqué un día cambias de restaurante porque el tuyo está llenísimo y descubres que el bareto cutre de al lado sirve unas raciones más grandes.
No hablo sólo de cambios transcendentales sino de los más mínimos cambios, el color de pelo, pantalones de campana a pantalones de pitillo... quién no ha cambiado de preferencias alguna vez? por la razón que sea..pues ni las circunstancias que nos rodean ni el mismo tiempo son impasibles.

Así que aquí estoy...y, a la hora de responder, rosa o azul? Buda o Dios? Bustamante o Bisbal? siempre respondo...cuestión de gustos.

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