Bolas de nieve

Que bonito mirar la sombra que hace tu cintura desnuda sobre la sábana enredada.
Fuera empieza a nevar, la sal se deshace en la curva de tu cuello, el café se empieza a enfriar.
La encimera con la huella de cuatro manos abrazadas, el cuello desnudo y mi sonrisa a quemarropa con tu piel.
Se acaba el día, tramando escapar, ahogando el tiempo entre mantas y sofá.
Se acabarán las horas, los días pasarán, caerán tormentas, pasarán veranos y ahí seguiremos. En nuestra bola de cristal, si aún la agitas nos puedes escuchar.

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