Welcome.
Ayer me dijeron "Si fueses mi novia tendrías los desayunos todas las mañanas esperándote, te daría besos hasta que me dijeses que parase, te esperaría con la cena hecha y un abrazo por si algo ha ido mal en tu día, y te escucharía mientras comemos palomitas y vemos como fuera llueve", no iba en prosa, ni con rosas, ni era nada del otro mundo... simplemente era de verdad, de verdad como las cosas sencillas, pequeñas que hacen el día a día, pequeños átomos que conforman al fin y al cabo un universo entero.
Y pensé en el amor, en lo que significaba... y no sólo pensé en el amor que vemos en las películas, en los libros sino en el amor cotidiano, pequeño, a veces imperceptible, en ese amor que nos rodea día a día. Crecí prácticamente sin familia, entre corazas y "sé fuerte porque no te queda otra" y poco a poco vinisteis, vosotros, a los que llamo familia. No sois de mi sangre, ni nos vemos cada día, pero sé que tengo un hueco entre vuestros abrazos para descansar de un día duro. Vosotros me habéis enseñado el significado real de la palabra confianza, vosotros que me habéis levantado cuando no quedaban fuerzas para seguir, que cuando ni en mi propio reflejo me reconocía me encontré en vuestras palabras, en la forma que tenéis de mirarme, de creer en mí cuando ni yo misma creía. Me habéis enseñado que "estar" es una forma de ser, es algo infinito a vuestro lado y "pese a todo", al tiempo, a la lejanía, a los fallos (alguna he liado y me queréis incluso más), estar cualquier día con unas cañas bajo el sol, corriendo bajo la lluvia sin paraguas o en todos esos conciertos y viajes en los que jugábamos a ser inmortales. Que libertad es sinónimo de vuela alto que aunque caigas aquí estaremos, que las cosas rotas no se tiran a la basura (eso me lo enseñó también Gaudí) sino que se crea algo más bonito con ellas, que todas las cosas malas que te pasan se pueden convertir en poesía, que los días grises son los mejores para reírse, que el plan perfecto igual no está lejos del mundo sino en el bar de la esquina con unas cervezas.
Sé que cuando se apaguen las luces, cuando la ropa ya no adorne mi cuerpo, ni el aire llene mis pulmones seré, porque soy parte de alguna de vuestras sonrisas, parte de alguno de vuestros mejores recuerdos, de alguna cicatriz y tirita...parte de "vena verme que me muero por un abrazo tuyo", de un te echo de menos sincero, de pedir perdón y odiar y querer al mismo tiempo, de todas las veces que caímos juntos en el fango y resistimos, porque no soy ni mi profesión, ni lo que hago, ni lo que visto, soy sentimiento en cada una de las personas en las que vivo (en cada una de las personas en las que vivimos). Sois mi fuerza, la base tierra que me sujeta e impulsa, que late y vibra, cada día más fuerte (y con más gente nueva, aunque no os conozca), sois yo y yo soy vosotros y somos todos juntos como pequeña brisa que crea huracanes, como gotas separadas creando océanos. Vivo sin coraza porque sois mi ejercito, sin miedos porque sois mi luz, sin mentiras porque sois amor "pese a fallos" (que siempre serán una forma de aprender y no cadena).
Y quizá este texto sólo sean palabras inconexas, quizá no tenga sentido, ni sea una obra de excelente gusto literario pero para mi lo tiene todo. Cada palabra, cada coma son vuestra (nuestra) historia, el día a día de pequeñas cosas, cómo dice Fito "sangro todo lo que escribo" (entre incienso y música alta en los cascos), cada hoja va dedicada a vosotros, a las historias que pasan cada día en la calle y que pasan desapercibidas, a las cosas que suceden cuando se apagan las luces por la noche y los pensamientos que dedicamos a la gente un domingo de madrugada. Al amor en general y en mayúsculas, a la gente, a ti que ahora lo estas leyendo... bienvenido a mi mundo.
Y pensé en el amor, en lo que significaba... y no sólo pensé en el amor que vemos en las películas, en los libros sino en el amor cotidiano, pequeño, a veces imperceptible, en ese amor que nos rodea día a día. Crecí prácticamente sin familia, entre corazas y "sé fuerte porque no te queda otra" y poco a poco vinisteis, vosotros, a los que llamo familia. No sois de mi sangre, ni nos vemos cada día, pero sé que tengo un hueco entre vuestros abrazos para descansar de un día duro. Vosotros me habéis enseñado el significado real de la palabra confianza, vosotros que me habéis levantado cuando no quedaban fuerzas para seguir, que cuando ni en mi propio reflejo me reconocía me encontré en vuestras palabras, en la forma que tenéis de mirarme, de creer en mí cuando ni yo misma creía. Me habéis enseñado que "estar" es una forma de ser, es algo infinito a vuestro lado y "pese a todo", al tiempo, a la lejanía, a los fallos (alguna he liado y me queréis incluso más), estar cualquier día con unas cañas bajo el sol, corriendo bajo la lluvia sin paraguas o en todos esos conciertos y viajes en los que jugábamos a ser inmortales. Que libertad es sinónimo de vuela alto que aunque caigas aquí estaremos, que las cosas rotas no se tiran a la basura (eso me lo enseñó también Gaudí) sino que se crea algo más bonito con ellas, que todas las cosas malas que te pasan se pueden convertir en poesía, que los días grises son los mejores para reírse, que el plan perfecto igual no está lejos del mundo sino en el bar de la esquina con unas cervezas.
Sé que cuando se apaguen las luces, cuando la ropa ya no adorne mi cuerpo, ni el aire llene mis pulmones seré, porque soy parte de alguna de vuestras sonrisas, parte de alguno de vuestros mejores recuerdos, de alguna cicatriz y tirita...parte de "vena verme que me muero por un abrazo tuyo", de un te echo de menos sincero, de pedir perdón y odiar y querer al mismo tiempo, de todas las veces que caímos juntos en el fango y resistimos, porque no soy ni mi profesión, ni lo que hago, ni lo que visto, soy sentimiento en cada una de las personas en las que vivo (en cada una de las personas en las que vivimos). Sois mi fuerza, la base tierra que me sujeta e impulsa, que late y vibra, cada día más fuerte (y con más gente nueva, aunque no os conozca), sois yo y yo soy vosotros y somos todos juntos como pequeña brisa que crea huracanes, como gotas separadas creando océanos. Vivo sin coraza porque sois mi ejercito, sin miedos porque sois mi luz, sin mentiras porque sois amor "pese a fallos" (que siempre serán una forma de aprender y no cadena).
Y quizá este texto sólo sean palabras inconexas, quizá no tenga sentido, ni sea una obra de excelente gusto literario pero para mi lo tiene todo. Cada palabra, cada coma son vuestra (nuestra) historia, el día a día de pequeñas cosas, cómo dice Fito "sangro todo lo que escribo" (entre incienso y música alta en los cascos), cada hoja va dedicada a vosotros, a las historias que pasan cada día en la calle y que pasan desapercibidas, a las cosas que suceden cuando se apagan las luces por la noche y los pensamientos que dedicamos a la gente un domingo de madrugada. Al amor en general y en mayúsculas, a la gente, a ti que ahora lo estas leyendo... bienvenido a mi mundo.
Que difícil escribirte algo decente después de estas palabras tan sinceras y bonitas...
ResponderEliminarQue bonita eres por dentro y por fuera...Y que suerte tengo de llamarte amiga...
Hace muchísimos años ya que entendí que algo tenías y que quería quedarme cerca y desde que te conozco sabes que eres una de esas pocas personas especiales en mi vida. Gracias a ti por enseñarme el sentido de la lealtad, por aguantar mis broncas y discursos, mis audios, mis defectos y a veces mi genio. Gracias por miles de tardes de dolerme la tripa por reirme tan fuerte y anticipo gracias por los años que nos quedan por vivir porque si es a tu lado...se que serán mucho mejores. Te quiero pequeña duendecilla. Leti