Alive.

Es curioso como somos capaces de forjar durante toda una vida sueños para después asesinarlos a sangre fría por un puesto estable dentro del engranaje. Dejar sus cadáveres en medio del salón, expuestos como si fuesen trofeos antiguos, parte de alguna colección. Me pregunto en qué momento decidimos dejar que el miedo nos infectase y navegar a la deriva con el tiempo que le pedimos a alguien guardado en el bolsillo, rumbo directo y a toda vela a isla resignación.

He visto verdaderos agujeros negros en el pecho vender amor en la teletienda, traficar con gramos de confianza, rebajar, regalar, usar, tirar y remendar latidos y emociones como si se tratase del mejor LSD.
Jurar en vano una eternidad sabiendo que durará menos que lo que dura la vida de una mariposa, convertir a sus musas en prostitutas por algo mejor bajo el edredón. Cuerpos nuevos y sin estrenar, la curiosidad siempre acabó por matar al gato y al ratón.

He visto habitar la oscuridad y la mentira bajo la cama, les he abierto el pecho mientras me miraban y sonreían. Les dejé entrar y me hicieron el amor de madrugada, sin luz ni punto fijo de sutura. Y esa noche caí, me poseyeron, hicieron temblar cada parte de mi alma desierta. Me dejé convertir en lo que querían. Caí inerte e impávida hasta el fondo azul marino del océano para morir allí, y fui oruga que desfallece, que abandona hasta su propia materia para poder alzarse sin peso hacia la luz.
Y es así como dejé todo aquello bajo mis alas, me elevé y renací como renace el sol tras cada madrugada.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Tensión Sexual No Resuelta

Año nuevo, vida nueva.

Tipos de besos.