Carta de despido.

Hoy me follé tu recuerdo.
Fuerte, salvaje, contra la pared, 
como tú solías hacerlo.
Le di el homenaje que te merecías antes de abrirle la puerta y despedirlo.

Todo el tiempo que pensé en ti se lo di como finiquito, 
las canciones que me jodiste (y ya no escucho),
las madrugadas que tenía que pasar abrazada a tu ausencia,
las ganas guardadas y los faltas de más.
Me arranqué el sabor que dejaban tus labios en mis abrazos 
y le vestí con ello.

Hoy le follé en recuerdo a todas las mariposas caídas en batalla 
y que vomito cada vez que intento ahogarte en ron
y acabo por el suelo y con el rímel corrido.

Una carta de recomendación "Vete, entrégasela a su dueño".
con una foto en blanco y un billete al centro del olvido. 
Hoy me cansé de extrañarte teniéndole aquí dentro viviendo conmigo
y que tú no hicieses lo mismo.

Así que, ahí te lo mando, tú veras lo que haces con él, 
estoy de reforma y ya no tengo ya sitio dónde guardarlo.


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